EL HISTÓRICO MÚSICO DE DORSO Y CONDUCTOR RADIAL, ANALIZÓ EL ESCENARIO QUE IMPIDIÓ LA VISITA DE LOS BRITÁNICOS EN 1992.
Por Beto Arán.
Julio de 1992, marcó un retroceso a nuestra apertura cultural. Así no más. Tras 17 años de lúdica neblina, avalados por la sistemática censura en el Festival de Viña del Mar, fuimos regresados al mismo lugar de inoperancia que caracterizó nuestro desarrollo cívico.
A no olvidar el triste episodio con Mr. Mister, la sobredimensión que alcanzaron los estribillos de Nazareth o el rubor periodístico tras la actuación de Faitn No More. Y es que guste o no, la Quinta Vergara era el único escenario visible para artistas de talla internacional.
Con la asunción de la democracia, se presumía el ingreso de expresiones musicales que por años se mantuvieron silenciadas en oscuras conversaciones de pasillo. Los grandes espectáculos en coliseos masivos, ya eran una realidad. Rod Stewart, Cindy Lauper y Bon Jovi reflejaban el nuevo contexto que imperaba en la industria del espectáculo.
Sin embargo, faltaba la consolidación del Heavy Metal como expresión sociocultural, responsable de agitar a las masas y escribir las portadas de los medios de comunicación. Condición amparada en el respeto que merece cualquier expresión de índole artística. Factor que se vio alterado por la intervención del cardenal Jorge Medina, apelando al fuerte control de la iglesia católica sobre un importante segmento de la sociedad. Tras conocerse la visita de Iron Maiden, los teléfonos de La Moneda no pararon de sonar.
Belisario Velasco, quien era subsecretario del Interior, conoció el perfil de Medina. Individuo que años más tarde, enviaría revistas Playboy al presidente Patricio Aylwin. Éste denunció la peligrosidad de Madonna y la perversión del nudismo, ante una posible visita de la Reina del Pop. Al parecer, las explicaciones del ex secretario de Estado para respaldar esta clase de espectáculos…no le fueron suficientes.
A 26 años del bochornoso incidente, Rodrigo “Pera” Cuadra, analizó la frustración del mundo metalero, sumado a la negativa imagen que proyectó nuestro país ante la comunidad internacional. “Se suponía que ya estábamos en democracia. Teóricamente había una apertura hacia el mundo, con matices de tolerancia cultural. Sin embargo, ese acto te demostró que seguíamos estancados mentalmente. Asimismo, denotaba algo que no podía ser…que las religiones, ya sea católica o evangélica, intervengan en decisiones que atañen a la esfera artística o gubernamental. Usaron argumentos ridículos, no tenían idea lo que era Iron Maiden ni mucho menos el rock satánico”, expresó el músico.
Según Cuadra, en La Moneda tampoco le asignaron la importancia que se merecía el tema. “Para el 92’, Chile era un país “virgen” en cuanto a tocatas. No como hoy que se ven millones de conciertos, faltando plata, tiempo y minutos para ver tanto evento. Ahora, si bien existían problemas más inmediatos, también debieron preocuparse por la imagen de Chile en el exterior. Sobre todo cuando estamos viviendo un proceso democrático, no resultaba saludable quedar como personas ignorantes y oscurantistas. Bajo ese punto de vista, el gobierno sí tiene responsabilidad”.
Y claro está, el poder del cardenal Jorge Medina permeaba lo religioso impactando en la esfera política. Había sido obispo de Rancagua, con un marcado pinochetismo que lo hacía mantener contactos con las altas cúpulas de poder. “Los curas son histéricos, pero existe una responsabilidad compartida junto al gobierno. No obstante, el veneno provenía de la iglesia. La situación provocó una reacción cultural, no podía seguir pasando. Más aún con una banda de perfil familiar. Y el tiempo le dio la razón, demostrando su gran convocatoria al llenar el Estadio Nacional. El conflicto del 92’, fue un cachetazo para todo Chile. A nivel de conciertos, vivíamos en la edad media al interior de un proceso democrático”, señaló Cuadra.
A 26 años del chascarro, el conductor de Radio Futuro mira a la distancia un escándalo que hoy resulta abiertamente irrisorio. “Bruce Dickinson, vocalista de lron Maiden, ha venido a dar charlas motivacionales a empresario y niños. A estas alturas, el cardenal Jorge Medina debe estar tapado de vergüenza. Las cosas caen por su propio peso. Fue un suceso cultural, situaciones que vienen a abofetear el fanatismo y mostrar lo que está pasando. Por un lado… fue bueno que sucediese. Actualmente, cada uno va a escuchar la música que le interesa oír. Eso es lo importante”.
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3 thoughts on “ANTE EL CHASCARRO DEL 92′, RODRIGO “PERA” CUADRA: “NO TENÍAN IDEA LO QUE ERA IRON MAIDEN NI MUCHO MENOS EL ROCK SATÁNICO””
Buenísima nota, Beto. Lo que rescato de lo ocurrido en ese entonces es que aprendimos que La Música no se niega. No hay poder en un país que logre coartar la sed de todos los grandes beneficios que la buena música nos reporta. Y es que la represión ya no es constitucional. Aprendimos a hacer respetar nuestros derechos fundamentales. Gran entrevista y gran entrevistado. Saludos,
Valeria
Muy buena crónica, Beto. Sin ser un entendido en cultura musical, este análisis, a través de tu crónica y de las declaraciones de Rodrigo “Pera” Cuadra, hacen notar un momento oscuro y vergonzoso de la política y cultura nacional. Creo que la crónica lo demuestra con creces. Sólo agregaría, en un ámbito en el cual me manejo más, la censura por esos años de la película “La última tentación de Cristo”, de Martin Scorsese, en gran parte por la influencia del nefasto Porvenir de Chile, cuyos activistas no vieron el filme antes de interponer el recurso legal, sino sólo leyeron el guión. Felicitaciones y un abrazo!
Gracias Gonzalo por tus constructivos y certeros aportes que ayudan a acrecentar el capital cultural de este sitio. Abrazos.